MANTENIMIENTO DE NEUMÁTICOS

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Unos neumáticos en mal estado afectan a la seguridad en la conducción y puede causar también graves problemas mecánicos. Los neumáticos son el elemento de unión del vehículo con la carretera, por lo que es de vital importancia mantenerlos en buen estado. Pero su mala conservación también puede afectar a otros sistemas y elementos mecánicos.

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Llevar una presión excesiva a la recomendada por el fabricante, por ejemplo, supondrá un desgaste prematuro de la banda de rodadura central del neumático, con la consiguiente perdida del dibujo del mismo, lo que provocará indiscutibles problemas de agarre al asfalto y estabilidad, pero además, puede suponer otras consecuencias mecánicas. El sistema de suspensión es uno de los afectados, ya que podría llegar a tener un "rebote" excesivo por la fuerza ejercida por el neumático, pues no absorberá prácticamente ninguna de las irregularidades del terreno. Las excesivas vibraciones pueden afectar del mismo modo a diferentes partes mecánicas, como la dirección, alineación, amortiguadores... ​

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Llevar los neumáticos con una presión por debajo de la recomendada por el fabricante no es menos perjudicial que llevarlos con presión excesiva.  En este caso se desgastarán por los laterales, tanto por la cara interna como externa. Las consecuencias de la poca presión de un neumático, además de la falta de agarre y estabilidad,  es que puede provocar un grave problema: que las gomas lleguen a separarse de las llantas, perdiendo de este modo el control del coche, lo que podría ocasionar un peligroso accidente.

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